Los momentos en silencio y en solitario que estoy viviendo no tienen precio...
Los que comparto con amigos y personas especiales como Om, tampoco...
El fue mi primer maestro de yoga aqui en India.
Es una persona muy especial, dedicado tambien a ayudar, curar , y cuidar...
Y con un monton de ninios "adoptados" a su cargo.
Nuestros caminos se han vuelto a cruzar en Bodhgaya, y no puedo describir con palabras esa felicidad que te entra cuando vuelves a ver a un amigo asi, de gran corazon.
Sobre mi, pocas palabras aun...sigo feliz y en calma, compartiendo esta libertad de vivir.