Quitándose la venda....

17 marzo 09

…Ahora se sentía más fuerte. Tenía algunos conocimientos de la verdad, que antes ni imaginaba, y por supuesto , la venda que había en sus ojos cuando llegó a India, ya no estaba tapando su mirada.
También sentía cierta presión. Saber ciertas cosas a veces es un poco incómodo, y sobretodo no te hace ser amigable con todo el mundo como antes y ya no te ven de la misma manera. Pero cuando tienes esa información en tu poder, no es posible mirar hacia otro lado. Debes hacer algo.
Pero quería escapar, ser ignorante, no sentir la responsabilidad de tener que ayudar a que los demás a que entendieran cual era el camino correcto para tener buen Karma.
Quería ser como todo el mundo, que camina al mismo lado, en la misma dirección, sin plantearse tantas cosas como ahora se estaba planteando ella.
Pero ya no había vuelta atrás.
Otro ángel se había cruzado en su camino, esta vez para invitarla un piso más arriba, en una HI disco, difícil de entender para otros , pero de fácil acceso para ella…
Y entonces entendió un poco más.
Entendió que aunque quisiera ser del montón, no lo era.
Que aunque quisiera pasar desapercibida entre el resto de la gente, ya no podía.
Ella tenía algo que dar, algo que ofrecer, algo que enseñar, que quizás la mayoría de la gente no tenía.
Y no podía guardárselo para sí.
No podía cruzar los brazos si algo que no era justo, o bueno para alguien , pasaba a su alrededor.
Y como quien tiene un escáner para ver a la gente desnuda, como en las películas, ella ahora llevaba unas nuevas gafas, y veía a la gente de verdad. Las veía por dentro.
Veía sus intenciones, sus pensamientos, sus engaños, su corazón, su humanidad, su humildad y también su ego…
A veces se resistía a creerlo, e imaginaba que quizás estaría equivocada ella, que sus malos pensamientos eran un error, porque en algunos casos cercanos le costaba aceptar lo que ahora podía ver muy bien.
Pero bastaba mirar el lenguaje del cuerpo de la otra persona, o mirarlo fijamente a los ojos , cuando les preguntaba por la verdad. Y entonces no tenía dudas, estaba en lo cierto: Estaban mintiendo. Y no reconocer esta capacidad intuitiva en ella misma sólo era otra forma de huir de la verdad, una resistencia que creaba para no afrontar la decepción que sentía en el segundo después.
Ahora la cuenta atrás empieza.
En 2 días se va de aquel lugar donde se sintió tan bien al principio, pero tan mal después.
Aquel lugar donde aprendió tantas cosas sin darse cuenta.
Aquel lugar donde sin planearlo se pasaron 3 meses volando.
Empieza a aprender que cualquier sitio está bien. Que recorrer el mundo no significa estar en muchos países, sino conocer una parte más de sí , en cada uno.
Pero también empieza a comprender que la energía hay que renovarla, y a veces puedes sentir que el tiempo en un lugar está llegando a su fin. Que todas las cosas que tenían que ser solucionadas en su mente, empiezan a esclarecerse. Y que además, el universo se las pone por delante una por una para que así sea.
Y si después de todo esto se siente más fuerte , es porque aprendió que es bueno dar oxigeno a los demás , tratando de ayudarles. Pero primero debe tener oxigeno suficiente para sí misma. Y esto no es tarea fácil…
Como las azafatas en un avión, que te piden que te coloques primero tú la máscara y luego a los que van contigo.
O en caso contario, te quedarás si oxigeno tú ,y morirás, y todos los que podrías ayudar , morirán también…
Increíblemente , después de las horas compartidas con su nuevo ángel de la guarda, día tras día, durante 2 semanas, grandes avances estaban ocurriendo. Y más y más oxigeno le venía a la cabeza para pensar y entender mejor.
Y todas y cada una de las cosas que le preocupaban o que le habían pasado meses atrás cuando llegó, se le presentaban de frente para ser solucionadas.

...Todo justo antes de su nueva partida.