Sentada bajo el árbol de Budha , una ráfaga de viento suave removió las hojas de los árboles.
Un hombre aguardaba debajo la señal oportuna con cara de ilusión, mirando hacia arriba.
En ese momento, una hoja le cayó justo a los pies.
Con una amplia sonrisa , y la cara y los ojos de un niño feliz, corrió a recoger la hoja caída del árbol expresamente para él, con mucha delicadeza.
(Este es el árbol donde dicen que Bhuda estuvo sentado mucho tiempo meditando, y alcanzó la iluminación, por lo que tiene mucho valor para los budistas)
Cuando iba a guardarla , se percató que lo estaba mirando, y compartió su satisfacción y una sonrisa conmigo…
Y sólo un segundo de duda, para después ofrecerme con la mirada su regalo caído del cielo.
Le he negado con la cabeza y agradecido con las manos juntas, como aquí dicen Namasté.(Tengo ya una hoja guardada en mi cuaderno de notas )
Y aunque no cogiera yo esa hoja, siento que la ha compartido conmigo...
Y me ha dejado un inmenso suspiro de alivio, al comprobar que todavía hay personas lo suficientemente generosas como para compartir sus tesoros con un desconocido….
Le he dejado como una estatua, mirando hacia arriba con una sonrisa, esperando otra ráfaga de viento , después de haberle regalado finalmente su hoja a un monje budista que sí aceptó su ofrecimiento .
Un hombre aguardaba debajo la señal oportuna con cara de ilusión, mirando hacia arriba.
En ese momento, una hoja le cayó justo a los pies.
Con una amplia sonrisa , y la cara y los ojos de un niño feliz, corrió a recoger la hoja caída del árbol expresamente para él, con mucha delicadeza.
(Este es el árbol donde dicen que Bhuda estuvo sentado mucho tiempo meditando, y alcanzó la iluminación, por lo que tiene mucho valor para los budistas)
Cuando iba a guardarla , se percató que lo estaba mirando, y compartió su satisfacción y una sonrisa conmigo…
Y sólo un segundo de duda, para después ofrecerme con la mirada su regalo caído del cielo.
Le he negado con la cabeza y agradecido con las manos juntas, como aquí dicen Namasté.(Tengo ya una hoja guardada en mi cuaderno de notas )
Y aunque no cogiera yo esa hoja, siento que la ha compartido conmigo...
Y me ha dejado un inmenso suspiro de alivio, al comprobar que todavía hay personas lo suficientemente generosas como para compartir sus tesoros con un desconocido….
Le he dejado como una estatua, mirando hacia arriba con una sonrisa, esperando otra ráfaga de viento , después de haberle regalado finalmente su hoja a un monje budista que sí aceptó su ofrecimiento .
3 comentarios:
Hace poco he conocido a una mujer de eterna sonrisa y bondad y generosidad. Una compañera suya se cayó y se hizo un poco de daño: "no te preocupes, ahora te doy un masaje para que no te duela", le dijo. Le dije que no hablo francés (su lengua, yo le doy clases de español) y me dijo: "no te preocupes, yo te enseño".
Es muy bonito cuando se encuentra a una persona buena y generosa solo porque sí, porque no saben ser de otra forma.
:)
Gracias por ofrecernos tú el milagro de tu vida.Gracias por querer compartir, con amigos y desconocidos, tu descubrimiento del mundo, tu mirada sobre él, el tesoro de tus pensamientos y palabras; tus propias ganas de vivir.Besos ML
compartir con todos nosotros tu "regla de vida", "tus experiencias", nos enriquece y nos ayudas a cambiar esquemas y prioridades y nos demuestras que hay gente generosa que hacen que el mundo sea más bueno (como tú dices "hacer un mundo mejor" EntreTodos).
Publicar un comentario